PENTECOSTES (3:42)


Lenguas de fuego y viento huracanado,
Dios soplando su Aliento en nuestro barro;
ya la Vida volvió y el invierno pasó
y tú y yo hemos sido rescatados.

Eran muy pocos, solos y asustados,
escondidos de todos y encerrados,
pero el Viento sopló y el Mar Rojo secó:
todo empezó hace más de dos mil años.

Salieron a la calle y predicaron,
la gente les tomaba por borrachos;
y, aunque el Vino abundó, era el Vino mejor:
la sangre del Señor resucitado.

Hablaban en idiomas muy extraños
que todos entendían, y el milagro
pronto se difundió, y el asombro llegó,
todos se preguntaban: ¿Qué ha pasado?

Era Pentecostés, el mundo del revés:
los mudos hablan y andan los lisiados,
los ciegos pueden ver, y los pobres comer,
y los cristianos son encarcelados.

Hoy vuelve a ser también otro Pentecostés:
la Iglesia con María está rezando.
Donde haya dos ó tres, allí es Pentecostés,
donde el Fuego de Dios está actuando.