Quién lo iba a decir (3:09)
Buscador de oro, por tus venas corre polvo de sudor y luz y entre tus arrugas un filón se esconde de amarguras y de cruz. Forjador de sueños, rompedor de moldes, sabedor de ingratitud, solo en el camino y molido a golpes te encontraste con Jesús.
¡Quién lo iba a decir! ¡Quién lo iba a pensar! Buscador de oro, Él te iba a buscar. ¡Quién lo iba a decir! ¡Quién lo iba a pensar! Buscador de oro, Él te iba a encontrar.
Bebedor de engaños, vividor de horrores, de la peor esclavitud -la que va por dentro- te libró aquel hombre que colgaba de una cruz. Muerto entre los muertos, pobre entre los pobres, solo te quedabas tú; rumbo a ningún puerto, pescador sin nombre, te encontraste con Jesús.
¡Quién lo iba a decir! ¡Quién lo iba a pensar! Tus redes vacías Él las fue a llenar. ¡Quién lo iba a decir! ¡Quién lo iba a pensar! Pescador de hombres, Él te iba a pescar.
¡Quién lo iba a decir! ¡Quién lo iba a pensar! Buscador de oro, Él te iba a encontrar. (2)
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