Hijo mío (2:52)


¡Hijo, mío!, que estás en el mundo,
tu eres mi gloria y en ti está mi Reino. (bis).

Eres mi voluntad y mi querer, (bis),
yo te sostengo y mantengo cada día (bis)

Te perdono siempre, para que sepas perdonar tú. (bis).
Y no temas, yo te libraré de todo mal:
De tus dudas, de tus miedos y la tentación. (bis)
Te abrazaré.
Amén